La leyenda cuenta que en tiempos remotos, el mismísimo diablo, quien poseía una ira tremenda, la desató con una particular piedra de gran tamaño, dejando la marca de su dedo enterrado en ella.
En 1804 esta fue movida desde el Callejón «Los Comunes» hasta donde actualmente se encuentra en Calle Los Cerezos. Hoy en día es monumento de atracción turística en Machalí.
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